Este es un buen momento para volver a releer La mirada de Plata, publicado en España por primera vez en 1993, uno de los libros de cuentos del escritor canario Agustín Díaz Pacheco. Es imposible pensar en la cultura de España y, sobre todo en las Islas Canarias, sin referirse a este clásico vivo.
En La mirada de plata, aparte de la profundidad psicológica y existencial de sus personajes, entre Onetti y Sarte, volvemos a encontrar la prosa poética de Diaz Pacheco en momentos como cuando describe el viaje de un tren en el cuento “La noche insomne”:
“No demoró el sol en rehabilitarse. A golpes de luz, ahuyentando la noche, la elevada patena empujaba las sombras, y las montañas, como animales prehistóricos, despertaban sus crestas, desnudaban sus arrugas, aradas por las aguas desertoras de la infancia de los tiempos”.
Unas pocas páginas como estas le hubiesen bastado al escritor Díaz Pacheco para eternizarse en la historia de la literatura canaria o, porque nadie es profeta en su tierra, para convertirse en un escritor admirado más allá de los mares que rodean las islas.
Pero Agustín Díaz Pacheco continúa produciendo, en silencio y sin descanso, agregando a estas, y a muchas o tras páginas memorables, otros escritos de ficción y de crítica lúcida, con ese temple siempre inconformista y lleno de dignidad que lo caracteriza.
Alicia del Rio
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